jueves, 22 de noviembre de 2018

Cero


Cero

Ya es tarde, el viejo jarrón ancestral quedo…
 tirado sobre el piso,
nadie lo ve en este mundo mundano.
Fue tanto lo que se lleno  de condenas
que solo cayó  para romper lazos
que se suponían eternos.
La rabia saco sus garras, las penas sus lágrimas,
los fuegos para que ardieran, el rencor por el  desangro,
convirtiendo todas esas sensaciones
en nada, ni polvo o cenizas que barrer.
La habitación enmudeció en total oscuridad
quedando vacio los nidos allí construidos.
Las aguas de los ríos se detuvieron,
las campanas de la iglesia ya no suenan,
las palabras murieron a los oídos sordos,
el calor se convirtió en hielos eternos.
Ya no queda nada, la esperanza se lanzo al vacio,
ni las rocas pudieron sobrevivir ante el caos,
la desgracia humana, la altanería fue más grande,
el perdón no alcanzo a nacer de tanto dolor,
las rosas quedaron sin flor  solo espinas,
la naturaleza se convirtió en desiertos eternos
donde la arena hace llorar sin lágrimas.
Todo ya quedo en un camino seco, árido, destemplado,
esos grandes castillos que fueron mentiras, engaños del humano
tan solo para no creer y dejar que los recuerdos quedaran esparcidos,
así nadie podrá saber que sucedió, que había en ese viejo jarrón,
donde la muerte se adelanto a los hechos.
Cruel vida, ingrata sobrevivencia, risas falsas.

Todo ya hecho, ni tierra para enterrar.

2018 – 11- 22
Maru Parodi o Caballo Negro – Chile
Derechos reservados de autor

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