Delirio o realidad
Caminaba ya de noche bajo los faroles con esa luz casi sutil y más de
alguno quemado, apenas poder levantar
mis pies, la fiebre me quemaba la fisionomía, mientras las gotas de sudor
corrían libremente sobre mi espalda. La
niebla comenzaba a bajar desde el puerto y tenía prisa de llegar a casi antes
de no poder ver nada.
En instante y sin darme cuenta estaba dentro que un sueño,
perdido entre mis delirios que me perseguían sintiéndome solo, abandonado.
La imaginación estaba delirando con imágenes o vivencia ya
no sé, pero alteraban mi descanso. Una mujer anciana y andrajosa caminaba bajo
los aleros pidiendo de casa en casa, yo trataba de hablarle pero no me
escuchaba, quizás era sorda. De pronto un gran perro negro cruzo la calle, se
detuvo, mirándome minutos sin ningún movimiento me produjo miedo por estar desprotegido y sin fuerzas.
No sé cuánto tiempo paso entre miles de escenas que pasaban
sin parar, de forma vertiginosa sentí la sensación de una plaza llena de niños jugando y las campanas
de una iglesia anunciado su entrada y no pude llegar a ella, mi cuerpo
temblaba, todo era terrorífico, el aire era de un olor indescriptible, seguí
perdido caminado a pies descalzos, era una sensación muy extraña…me sentía un
errante mas con harapos de vestiduras y un madero extraño que me ayudaba a
caminar sin rumbo, ni sueños.
De pronto alguien me
toco el hombro, no saber el tremendo salto que di, si estaba solo en ese lugar,
me di vuelta lentamente para ver quién era…sorprendido…mirando como al
infinito, no lo podia creer era mi sombra que estaba separada de mis
movimientos. A esas alturas no sabía dónde estaba…especulando que por la fiebre
había muerto y me encontraba como en el Limbo, donde siempre pensé que uno
debería pagar sus errores o esperar la
hora de partir quien sabe dónde.
Medio loco por todo, torturado ahora por mi sombra que no
seguía mis pasos y se perdía en el ancho paraje, dejándome sin fuerzas…no
quedaba otra que seguirla esperándola recuperar ya que era mía y la necesitaba para no sentir el silencio y
soledad, que locura e imaginación tenia a esas altura de tantas cosas extrañas
vistas.
Camine, camine…solo sé que
caminaba no podría decir cuánto y menos hacia donde iba, el agotamiento
se apoderaba de mi y las fuerzas decaían a cada paso. A lo lejos escucho las olas del mar que suena pegándole como
contra rocas, mientras las gaviotas volaban con su canto, fue un momento de
compañía y regocijo… desempañando un poco mi mirada perdida en la niebla y las
locura que pasaban una tras otra, me deje llevar por el ruido para ver donde me llevaría… de pronto
escucho una voz:
Desconocido:
<< Cuidado, pareces nuevo>>
Yo: Me detuve
hasta sin respirar del susto… era imposible ver su rostro, no se me ocurrió más
que preguntar << Quien
eres, que hay mas allá>> unos
segundos que fueron largos en esos momentos.
Desconocido: Esta
el acantilado que da al mar y con un paso más caerías sin pensar, liberándote
de mí.
Yo: ¿Liberándome
de ti, no entiendo?
Desconocido: ¡Si de mí, de ti mismo!
Yo: La verdad no
sabía con quien hablaba, era un cuerpo al cual me era difícil verle su cara, me
quede un rato en silencio tratando de buscar la coherencia de todo esto. Hasta
que me decidí preguntarle. << Y tú quien eres o que eres de mí, que me
hablas con tanta seguridad y le alertas de no caer >>
De pronto comenzó a reír cada vez más fuerte y no paraba,
mis oídos no soportaban la agudeza de su
voz. Estaba perplejo al ver su reacción, no contestaba a mi pregunta, siento que mis
piernas de doblaban y caía lentamente sobro las duras rocas y las lagrimas ya corrían
sin parar.
Desconocido: Que
haces, que te dije o eres estúpido, no vez que si caes al vacio me dejas vagando
entre la niebla. Ya...deja de llorar y toma la vida entre tus manos una vez más.
Yo: Con la
garganta atragantada volví a preguntarle
<< Quien eres, porque reías
y porque te importo si muero o me pierdo>>
Desconocido: Aun no me reconoces, trata de mirar detenidamente
mi cara y veras quien soy.
YO: Es que las
lagrimas y el cansancio no me dejaban ya ver, solo quería salir de ese lugar y no
irme con la incógnita de quién eres, no lo soportaría.
Poco a poco me apoye con mis manos para
poder levantarme nuevamente, los pies descalzos ya con llagas de tanto andar. Fue duro y doloroso
quedar frente a él; ya que entre mis delirios veía gente que paso a mi lado
pero nunca logre verlos solo murmuraban
en idioma extraño, era como invisible ante esa nada.
Desconocido:
Vamos hombre mírame es tu última oportunidad, enfrenta la vida como es, como siempre
has luchado. ¿No me dejaras morir?
Lentamente, temblaba ante esa voz fuerte
que mas que pedir me ordenaba, era tanto mi temor que poco a poco fui levantando mi cara, quedando
estupefacto más que sorprendido frente
aquel desconocido.
Desconocido: Vamos
mírame, no te acobarde al último de tus suspiros.
Yo: Si, te
conozco… soy yo…como puede ser…estoy loco…confundido.
Desconocido: Si
soy tú, soy tu sombra ¿Si no me tomar ahora nos perderemos los dos?
Yo: Donde
estamos, que lugar tan extraño, porque me han tratado con angustias y miedos.
Desconocido: Vamos
los segundos se acaban, tomas mis manos y abrázame, rápido…no queda tiempo
hombre, reacciona.
Sin pensarlo me envolví muy fuerte y sentí que caía sobre
una cama con mi cuerpo adolorido, y de delirios, abrí poco a poco los ojos,
mientras sentía paños húmedos en el rostro calmaban aun la fiebre y solo escuchaba
a una enfermera <<Sr.
Calma, ya está bien, no se preocupe>>.
Muy exaltado grite <<Mi sombra>>, y volví a
desmayarme en una fría sala de hospital, al pasar unos cuantos días, reaccione
estuve a punto de morir esa noche por la fiebre que me desmaye en la puerta de
mi casa y los mios de urgencia me
llevaron perdiéndola conciencia.
Sentía que todo lo vivido. no había locura ni delirio, me
senté en la cama y allí está él mi sombra, mi vida, la que me hizo reaccionar
para volver.
No sé si alguna vez sano y cuerdo podre hablar con él y
darle las << Gracias>>.
2018 – 11 – 6
Maru Parodi o Caballo Negro – Chile
Derechos reservados de autor
No hay comentarios:
Publicar un comentario