miércoles, 7 de noviembre de 2018

Fin de la carretera


Fin de la carretera

La noche comienza hacer fría, en la carretera la lluvia no para, sin dejar casi ver las huellas , todos en el auto van adormitados por el largo trayecto, es como si las horas no pasan, me siento cansado, sin ganas , sin deseos de llegar a nuestro destino.
La calefacción del auto no funciona y solo el frio podemos sentir. Conduzco nos cuidado a pesar de la inclemencia del tiempo, fue una noche larga y llena de emociones, todos venimos cargados de sentimientos, penas y alegrías…un fin de cosas guardas que solo se quiere dormir para olvidar.
La soledad es completa ni un solo auto no hemos cruzado… estamos solos muy solos.
De pronto veo algo que se cruza por el camino frenando abruptamente por un golpe, despertando todos a la orilla de caminos medios adoloridos. Primero que nada nos revisamos cada uno ….y salimos a ver qué es lo que había sucedido, era extraño esa figura de hombre que pensé en un momento que eran un animal salvaje … era la sombra de un hombre alto son sombrero y un abrigo que llegaba al suelo y que seguir caminando, nos miramos muy extrañados ya que ni se dio vuelta para vernos…era como si no existiéramos.
Bajamos del auto y corrimos todos a él en esa oscuridad que la neblina casi no dejaba ver. De pronto se detuvo como esperando, al llegar no se le podía ver el rostros.
Cristina:  ¿Señor está bien?
Juan :¡Podemos ayudarlo en algo?
Pedro:¿ Le causamos algún golpe?, disculpe no se veía nada en este camino.
Cristina:¿ Señor, señor, por favor díganos algo?
Pedro:¿Quizás le causamos un trauma? que les parece si lo llevamos al un Hospital?
Yo que soy Juan estaba como congelado al poder ver su rostro bajo esa capucha negra, no había rostro.
Un escalofrió me sobrepaso por completa, sin poder hablar y a mis amigos los miraba, pero a voz no salía.
De pronto Pedro y Cistina lo quisieron tomar, y tal fue el impacto que los gritos eran escalofriante, no había cuerpo, era solo una figura, un ente solitario en medio de la soledad. quedamos todos detenidos entre la niebla atónitos, mudos y mirándonos.
De pronto escuchamos una voz << Váyanse rápido que ya amanecerá>>
Estupefactos , incrédulos nos dimos cuenta que esa voz venia de ese ropaje.
Repetía una y otra vez  <<Váyanse, váyanse antes de que ser tarde>>
Sin colocarnos de acuerdo dijimos ¿Porque, no necesita ayuda? Un silencio largo y de ultratumba se produjo por segundos.
Cristina:¿Por favor que sucede?
Pedro y yo : Que es lo que está sucediendo?
El hombre se giró hacia nosotros camino y a un metro nuestro solo dijo << Váyanse o será tarde para ustedes>>
Todos preguntamos tarde para qué? .ya la neblina de a poco comenzaba a diluirse, quería dar paso a la alborada.
El hombre con una voz tenebrosa volvió a decir << Ultima vez váyanse ahora, ya que en pocos minutos será tarde>>
Juan : Porque será tarde, si el día ya llega y estamos cerca de la cuidad?
Cristina: No entiendo estamos aquí en la mitad de la nada, conversando quien sabe con quién y solo nos pide que nos marchemos?
El extraño:  Váyanse o van a morir?
Todos dijimos a la vez. Morir, porque si estamos ilesos del accidente, el auto aun funciona a pesar del frio.
El extraño: Váyanse porque soy la muerte y venía a buscarlos.
Los tres paralizados ante esa orden…corrimos al auto y tome a gran velocidad mientras esa figura se diluía entre la neblina y el alba comenzaba aparecer.
La pregunta que nos hacíamos ya sin hablar ….aterrorizados …..llegamos a nuestras casas, callados sin contar nada de lo sucedido.
Desde ese día la vida nos cambió, casi no nos hablábamos bajo el recuerdo que eran ecos dia y noche << váyanse que soy la muertes>>
Esta historia es real para nosotros tres, terrorífica y nos dejó viviendo cada segundo del día…sin olvidar lo extraño de esa noche que aun esa eterna.

2018 – 8 – 29
Maru Parodi o Caballo Negro – Chile
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