Hay dolores que traspasan el alma
del ser humano mas allá de lo racional,
el dolor de madre cuando ves a un hijo
caer y tener que tenderle tus dos manos
para prestarle ayuda en su aprendizaje.
Hay límites propios que hay que sobrepasar
a pesar del mundo que castiga sin sabes,
es buscar entre mil puertas la correcta
y poder buscar la fuerza para ayudar al otro,
sin saber hacia dónde irá ese sendero
que quizás sea muy largo.
Ser padre o madre implica felicidad y dolor
que se sobrepone solo con amor,
dejando un abrazo, una palabra justa
tratando de llegar a su interior mas escondido,
por dolores propios de la adolecencia
sin lograr ello encontrar respuesta.
Buscar bajo tierra y mar la ayuda
para regalársela tan solo por amor,
cerrar las palabras para no herir
y así entregarle una luz de esperanza,
y guardar ese dolor muy dentro de uno
dejando que las lagrimas se sequen solas y en silencio.
2014 - 7 - 15
Maru Parodi o Caballo Negro - Chile
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