Déjame recorrer
tu vida y tu cuerpo
despacio como aroma en flor,
descubrir cada día
la fortaleza del amor,
aunque haya días grises,
ya que al final del camino
siempre encontraremos
el tesoro del arcoíris.
Déjame ser ese beso
de cada mañana,
tan solo para ver
tu sonrisa en tu rostro,
acariciar tu cuerpo
con una gran ternura,
para sí dejar mi sudor
al final de la noche.
Déjame reflejar el alma
pura de los sentimientos,
como el reflejo del sol
en un plácido lago,
ser tu dama y tu amante
en cada palabra,
en cada caricia,
cada minuto de vida.
Tan solo déjame ser
esa compañera de vida,
que te cuidara
al velo de los sueños,
siendo tan solo silenció
en tus penas,
y amante completa
en tus alegrías de tus suspiros.
2014- 2- 3
Maru Parodi o Caballo Negro - Chile
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